Desconocen la fecha exacta, saben que en 1919 ya estaba abierta, incluso hay indicios de que ya en 1913 existía esta carnicería, pero han decidido que ya era hora de poner un asterisco en el calendario y celebrar el centenario de este despacho de carnes, historia viva de nuestro pueblo.
Antes de la Guerra Civil fueron las hermanas Maria Luisa y Magdalena Iza las que regentaron este establecimiento. Ambas hermanas eran solteras y aunque las dos eran las propietarias, Magdalena era la que se encargaba de la carnicería, ya que María Luisa era profesora de piano. Fue la que inculcó el amor por la música y el piano a José Mª González “Sema”, quien ha sido director de la Coral durante muchos años. Eran conocidas también por ser hermanas de “Patxiquin”, originarios del caserío “Txintxilla”.
Tras la Guerra Civil hacia 1940, Marcelino Lizaso comenzó a trabajar con las dos hermanas Iza, hasta que en la década de los 50 se puso por su cuenta y ya cambió el nombre del establecimiento “Carnicería-Charcutería M. Lizaso”. Posteriormente su sobrino, Javier Ortuzar, comenzó a hacer recados con 12 años, “eran tiempos en los que había que llevar la compra a varias casas”, hasta que en 1976 decidió quedarse al frente del negocio, y el año pasado tras jubilarse lo traspasó al actual carnicero Anton Tohrt, quien ha decido mantener el nombre del establecimiento. El viernes 7 de junio celebraron el centenario invitando a pintxos y sidra.
El local, situado entre los números 7 y 9 de la calle Sabino Arana, es un bajo de 50 m2. Se ha quedado anclado en el pasado con servicios del presente. Y es que los hábitos de consumo han cambiado tanto que ya no es lo que era el negocio de la carnicería. “En Amorebieta ha habido 16 carnicerías con la mitad de población, hoy sólo hay 4. Y se venden la mitad de kilos que los que se vendían antes”, dice Ortuzar.
Antes los carniceros compraban vacas a los ganaderos de la zona, hoy apenas hay unas cabezas en Amorebieta. Otro de los problemas es que en Bizkaia ya no hay mataderos y tienen que llevar las piezas hasta Oñate. Y ha bajado mucho el consumo de carne roja, de hígado, morcillas… y ha subido el pollo. Pero una cosa no ha cambiado, y es la calidad del producto que venden en Carnicería Lizaso, donde se seguirán esforzando por ofrecer a los clientes la mejor carne.