En la mañana de hoy, un total de 26 alumnas y alumnos del Colegio El Carmelo Ikastetxea han visitado la residencia José María Azkuna de Amorebieta-Etxano, perteneciente a la red de infraestructuras sociales de la Diputación Foral de Bizkaia y gestionada por Igurco Servicios Sociosanitarios, Grupo IMQ, para desarrollar una actividad de ‘Historia de vida’ con trece residentes de este centro.
En esta actividad conjunta de intercambio generacional, los 26 alumnos se han dividido por parejas con 13 mayores de la residencia foral para redactar la historia de vida de cada uno de ellos, actividad que se completará en tres o cuatro sesiones. En el proyecto han participado algunos residentes con déficits visuales o auditivos, o dificultades de memoria, por lo que han contado con apoyo de profesionales o familiares para facilitar la comunicación. Asimismo, los alumnos de El Carmelo han acudido con representantes de este centro educativo.
Proyecto Alzhéimer
La historia de vida se enmarca en un programa más amplio de colaboración entre el Colegio El Carmelo Ikastetxea y la residencia José María Azkuna y que ha cristalizado en la conformación del denominado ‘Proyecto Alzhéimer’. El proyecto se ha puesto en marcha debido a los beneficios que presenta tanto para los alumnos participantes (beneficio educativo), como para las personas mayores (beneficio terapéutico). La colaboración de ambas entidades comenzó en febrero de 2014 con un proyecto intergeneracional.
Tal y como explica Lidia Berrio, del Colegio El Carmelo Ikastetxea, “en las actividades realizadas hasta ahora se ha apreciado en los niños un cambio de actitud respecto a la figura del mayor y se constata en los residentes un aumento de la motivación y de la actividad habitual”.
Tras estos resultados “tan positivos”, en el mes de octubre La residencia José María Azkuna planificó junto con el colegio acciones para continuar la línea de colaboración iniciada en febrero, bajo un proyecto común, denominado ‘Proyecto Alzhéimer’.
Según señala Ainara Castaños, neuropsicóloga de Igurco en la residencia José María Azkuna, “el proyecto está compuesto de acciones que persiguen incrementar la convivencia y potenciar la comunicación intergeneracional, proporcionando espacios en los que puedan comprenderse, independientemente de los años que los separen”.
Asimismo, este proyecto “intenta rebatir las ideas estereotipadas sobre la vejez, y trata de contribuir a difundir entre las generaciones más jóvenes un visión más positiva de los mayores”.
La mayoría de las propuestas del ‘Proyecto Alzhéimer’ son actividades muy diversas, educativas y de ocio. Sin embargo, no se deben considerar estos programas como meras actividades de tiempo libre, sino que tienen una función terapéutica. La implantación de estas iniciativas mejora la calidad de vida de los residentes, e influye positivamente en la educación en valores de los alumnos.
Las primeras actividades del Proyecto Alzhéimer son la de Historia de Vida, celebrada ya, y una de musicoterapia y psicomotricidad a través de coreografías, que se desarrollará el 12 de diciembre.
Primera actividad: historia de vida
Tal y como ha desgranado la neuropsicóloga de Igurco, Ainara Castaños, “la historia de vida propicia un espacio de encuentro y acercamiento de ambas generaciones como forma de intercambio de valores. La entrevista tiene como objetivo recoger toda la información de la historia de vida de la persona mayor, que servirá de base para que los niños elaboren una pequeña biografía que después regalarán a los residentes”.
La entrevista se hace a partir de preguntas abiertas. En ellas, se pide a la persona mayor que explique aquellas experiencias o vivencias que considera más importantes de su vida. Los mismos niños son los que planificarán la entrevista, en base a sus intereses y curiosidades. “A partir de la técnica de la reminiscencia, la persona mayor hace una descripción de su historia de vida, encuentra aquellas vivencias que tienen más sentido para ella y las comparte con los niños”, ha indicado.
El resultado de este proceso es que, “aparte de la estimulación generada en la construcción de la de historia de vida (memoria, concentración y planificación), la persona mayor da más valor a su experiencia y se da cuenta de que tiene interés para los demás. Por lo que este taller favorece la estimulación cognitiva, la estimulación emocional (estableciéndose una relación afectiva y de escucha entre el residente y el niño), y la estimulación social, creando vínculos entre el mayor y la comunidad”.
Asimismo, ha añadido Lidia Berrio, del Colegio El Carmelo Ikastetxea, “inculca en los alumnos el respeto y la tolerancia intergeneracional, complementando su educación mediante la experiencia y los conocimientos que les trasmiten las personas mayores”.