La casa del conserje de la escuela pública de Larrea, y por consiguiente el conserje y su familia, lleva mucho tiempo sufriendo diversos ataques. Los cuales en vez de disminuir van aumentando, tanto en frecuencia como en gravedad. Nos vemos obligados a hacerlo público, porque nos sentimos desprotegidos, a pesar de haberselo trasladado a la Policía Municipal.
El timbre de la puerta nos hemos visto obligados a desconectarlo porque varias veces ha sido quemado. Así como hacerle sonar de forma continuada. Hemos sufrido lanzamientos de manzanas a las ventanas. No de una ni de dos, de kilos. La policía municipal lo pudo comprobar.
Lanzamiento de kakis a diestro y siniestro, entrando por la ventana que estaba abierta. También comprobado por la Policía Municipal. Se nos han tirado piedras a las ventanas. El coche apareció una mañana con una botella incrustada en la luna delantera. Fue el único coche atacado de todos los que estaban aparcados. Pusimos denuncia en la Policía Municipal.
La última agresión fue el viernes 29 de abril alrededor de las 21:00. Golpearon la puerta, reventándola y destrozando el buzón. Daños que comprobamos a las 12 de la noche, cuando un miembro de la familia fue a entrar en casa y le resultó imposible. Puestos en contacto con la Policía Municipal, se nos dice que no pueden acudir a comprobar lo sucedido, porque solo están dos. Se nos dice que llamemos a la Ertzaintza, lo cual hacemos y se nos dice que tenemos que ir a Durango a poner la denuncia.
Denunciamos públicamente estos ataques y pedimos se tomen medidas para protegernos, porque el siguiente ataque ¿qué va a ser?
Pedro Lauzirika-Txaro Marquínez
