El club de artes marciales WADOKAN ha estado esta primavera por tierras niponas entrenando y compartiendo cultura con grandes maestros del sable japonés y del Ninjutsu , de los cuales la gran maestra Kaho Nouchi (sable japonés) vendrá al Duranguesado a impartir sus enseñanzas y a participar en la Kalejira de fiestas de San Fausto 2019.
“El viaje empezó en la ciudad de Osaka entrenado con Kaho Sensei, quien nos enseñó técnicas avanzadas ya que consideró que teníamos un buen nivel para ello. Además de recibir el curso personalizado, también disfrutamos de un día de entrenamiento y posterior picnic con sus alumnos de la ciudad de Daito, cosa que nos agradó mucho ya que pudimos intercambiar nuestras culturas”, ralata Jose Luis Salas de Wadokan.
Nuestro recorrido siguió de Kyoto a Yokohama, donde el gran maestro Jubei Ikebe nos recibió con una ceremonia del Té, nos enseñó y explicó las diferentes herramientas ninjas y nos regaló una danza antigua Samurai, para nuestro deleite. ¡Todo un lujo! De dicha reunión salió una unión entre las dos escuelas Euskadi-Japón.
Dejando atrás la ciudad de Yokohama nos adentramos en la antigua ruta EDO (época samurái) que va desde Tokyo a Kyoto, de la cual hicimos un tramo vestidos como auténticos Samuráis. Éramos la atracción y hasta los lugareños se peleaban por hacerse fotos con nosotros agradecidos de nuestro gesto por su cultura tradicional.
De los pueblos del norte de Takayama y Shirakawa-go bajamos hacia el suroeste para buscar al gran maestro Yunoki en el pueblo de Koga (cuna del Ninjutsu). Esta fue sin duda la visita más emotiva para nuestro gran maestro Jose Luis Salas, ya que llevaba alrededor de 15 años sin ver a su gran maestro Yunoki, con el que entrenó durante 5 años y establecieron grandes lazos de amistad.
Antes de coger el vuelo de vuelta a casa nos hospedamos en un templo Budista en los montes de Koyasan, lugar para explorar nuestro “yo” interior.
De toda esta experiencia, por un lado, volvemos enriquecidos como artistas marciales (con ganas de transmitir lo aprendido a nuestras/os compañeras/os) y por otro lado, con la alegría e ilusión de haber compartido este viaje con gente local y habernos sentido como uno más y no meros turistas.
Domo arigato (muchas gracias) a Kaho Nouchi, Jubei Ikebe y Yunoki por abrirnos las puertas de vuestras casas. ¡ Volveremos !