LA REVISTA RUMANA “ZORILE» PUBLICA UN EXTENSO REPORTAJE SOBRE LOS RUSOS LIPOVENOS DE AMOREBIETA

La periodista Svletana Moldovan ha escrito un extenso reportaje dedicado a los rusos lipovenos que viven en Euskadi y más concretamente a aquellos que se han instalado en nuestro pueblo.
En esta labor ha recibido la inestimable ayuda de Veronica Condrat, una de las integrantes del coro Juravca que, aunque reside en Gernika, tiene una gran relación con sus paisanos de Amorebieta, tanto con los rusos lipovenos como con los zornotzarras.

Veronica ha recogido testimonios de varios vecinos de Amorebieta en los que relata la adaptación, integración y convivencia de los rusos lipovenos en nuestra comunidad.
Cuando se habla de la comunidad ruso-lipovena de Amorebieta, la primera cosa que viene a la mente es el apego a sus creencias, a su religión y a sus tradiciones, lo que ha hecho su principal marca de identidad en el pueblo.
En su número de abril, la publicación ruso-lipovena de Rumanía «Zorile» les dedica un artículo para dar a conocer cómo es la vida de una familia lipovena tan lejos de su casa, cómo se ha organizado el grupo entero en medio de la sociedad vasca, la integración y también un punto de vista exterio, facilitado por unos cuantos vecinos de Amorebieta.

Como la religión ocupa un papel importante en la vida de un lipoveno, tener una iglesia y un sacerdote para llevar las misas, ha sido una cosa primordial a la hora de constituir su primera asociación. En el año 2009 se consigue un sitio donde se ubica la primera iglesia ortodoxa de rito antiguo de la península, y en 2011 llega a Amorebieta Vasile Moroi, para ocupar el puesto de sacerdote en la iglesia. Fue uno de los preferidos ya que anteriormente había vivido en Lleida durante 6 años y estaba acostumbrado con el castellano y con la vida fuera del país.
Vasile Moroi señala que “Aal principio ha sido difícil, pero me he adaptado. Me ha sorprendido ver tantos lipovenos en un pueblo y me alegró mucho. Aquí he creado una familia, me he acostumbrado y no me marcharía nunca.»
Junto a su esposa, Marina, se implican en la vida espiritual de la comunidad para preservar las creencias y transmitirlas a las nuevas generaciones, abiertas cada vez más a lo nuevo y a lo moderno. Han creado un coro de niños con cánticos religiosos y clases de eslavon (idioma usado en las misas) y así acercar a los pequeños a todo lo que significa » nuestra tradición, nuestras costumbres y la religión ortodoxa de rito antiguo. Pero el trabajo más importante y el más difícil lo tienen que hacer los padres, a través del ejemplo personal, porque los pequeños aprenden de lo que ven en casa».

A la hora de compartir su folklore con el resto de la gente, la comunidad lo hace a través del coro Juravca y de sus actividades y eventos culturales. Gracias a la constancia y el compromiso de estas mujeres, este año el coro se convierte también en asociación cultural bajo el manejo de las chicas con más longevidad en el grupo: Aniusa Stirbu, Natalia Foca y Natasa Dimasca.

Lo que opinan los zornotzarras
“En mi negocio tengo muchos clientes lipovenos al igual que rumanos, cada año más”, relata en este artículo Jesús Cañas, propietario de Bicis Cañas. “Personalmente tengo muchos amigos lipovenos debido también a las acciones culturales de esta comunidad. Me llama mucho la atención varias cosas. En primer lugar su religiosidad y el apego a las tradiciones. También puedo decir que es una comunidad muy trabajadora y no conflictiva en la sociedad. La integración está siendo en Amorebieta -Etxano de una forma responsable, tanto en lo que respecta en los idiomas como en las costumbres autóctonas. Veo que la juventud es más abierta que los adultos y que los amigos que tienen son en la mayoría autóctonos”.
Luis Javier Ugarte ha sido otro de los vecinos de Amorebieta entrevistados para esta revista. “Como trabajador en la parte cultural, cuando me enteré que hay un colectivo ruso lipoveno en Amorebieta quise hacer actividades para que se presenten y se integren mejor, ya que no tenía ninguna información sobre ellos. Es riqueza para el que viene y para el que está. Aquí somos una comunidad bastante laica, hemos perdido las prácticas religiosas a base de una evolución natural , entonces ver gente que es tan apegada a sus creencias y a sus prácticas religiosas nos hizo recordar nuestro pasado. El colectivo ha tenido mucha importancia entorno a los trabajos de hostelería y en la asistencia. La gente está muy agradecida y valora mucho esto, el hecho de ser muy trabajadores y muy eficaces”.
El coro «Juravca» es muy apreciado, ya que aquí también nos gusta cantar mucho y en cualquier ocasión, por eso la música hizo un puente y nos acercó mucho. Yo estoy muy contento de mi pueblo, porque salir a la calle y ver una sociedad multicultural que ha sido capaz de adaptarse, me produce una gran satisfacción”.
Hoy en día Amorebieta no tendría sentido sin contar con la aportación de la comunidad ruso-lipovena.
Veronica Condrat

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