Ahora a sus 76 años no tiene problemas en confesar el origen de su afición y mostrar su gran colección de cachavas, botijos, cestas y otros utensilios tallados en madera. “Yo tenía un problema cuando trabajaba en Alcoa, ya que me dormía cuando me sentaba. Tenía una máquina a mi cargo y mientras terminaba el proceso, que duraba varias horas, necesitaba algún entretenimiento para no dormirme. Así que comencé a tallar madera con mi navaja. Incluso el encargado me animó a ello”, recuerda Juan, natural de Valdepeñas (Jaén).
Y hablamos de sus orígenes porque Juan talla hasta los huesos de las aceitunas, un producto muy de su tierra y hace cestas, botijos y bellotas. “Cuando estamos tomando unos vinos, cuenta un amigo suyo, saca la navaja y con el hueso de una aceituna hace una cestita. Tiene unas manos increíbles”.
Pero su mayor producción y de lo que está más orgulloso es de su colección de cachavas y bastones. Tiene alrededor de 500 empuñaduras con cabezas de perro, zorros, aves, peces,… tiene una gran variedad y no quiere desprenderse de ninguna. “Es que me da pena. Son parte de mí. No puedo desprenderme de ellas, me daría una gran pena”.
Juan dispone de varias navajas, gubias y otras pequeñas herramientas. Es autodidacta y trabaja con diferentes maderas, pero sobre todo fresno, nogal y haya. Además de barnizar, pinta algunas de sus creaciones para dotarlas de mayor realismo.