Enrike Azkarate, Práctico Puerto de Bilbao

“Estamos para garantizar la seguridad del barco, de la mercancía, de las personas y de las instalaciones portuarias”

¿Qué hace falta para ser un buen práctico? Los prácticos son capitanes de barco con una alta cualificación profesional y una dilatada experiencia en navegación. Primero las condiciones exigidas: diez años de capitán, dos de mando efectivo en una embarcación de más de 1.500 toneladas y pasar varias pruebas. En segundo lugar, destreza y decisión. “Estamos para garantizar la seguridad del barco, de la mercancía, de las personas y de las instalaciones portuarias”. La seguridad del puerto de Bilbao depende de ellos y cada barco que entra o sale del mismo precisa de sus maniobras y asesoramiento.

 Enrike Azkarate, aunque natural de Gernika, reside en Amorebieta y es uno de los prácticos con los que cuenta la Autoridad Portuaria. Tiene a sus espaldas una amplia experiencia, de 22 años como práctico, más otros 14 como capitán de la Marina Mercante, que le avala para el ejercicio de esta profesión.

Cuando la ciudad duerme, su puerto sigue activo, y los 17 prácticos de Bilbao, tienen que generar fluidez al tráfico marítimo las 24 horas, los 365 días del año. Los prácticos son una de esas profesiones esforzadas, en las que haga el tiempo que haga o sea la fiesta que sea han de estar ahí. Deben asegurar que cada buque haga la maniobra correctamente y sin peligro.

Se encargan de la realización de los movimientos de entrada, salida e interiores del puerto, a veces, ayudados de un remolcador. “La función del práctico es asesorar al capitán en la maniobra”, explica Enrike. “Damos instrucciones de rumbo, caídas de timón, velocidad de máquina e instrucciones a remolcadores si da el caso”.

 La conversación se corta debido a la radio que conecta con el equipo del crucero ‘Virtuosa’, el buque de mayor dimensión que ha entrado en Bilbao y que está a punto de emprender su salida desde el puerto de Getxo.

 Se exponen a duras condiciones meteorológicas que afrontan en medio del mar

Visto desde el “Vaporcito”, nombre cariñoso con el que conocen a la lancha de los prácticos, con dos motores de 400 C.V. y reconocible por su “P”, el crucero “Virtuosa” es inmenso. Parece un gran cetáceo metálico, 80 metros de alto, desde el que acaban de soltar una escala que cuelga a una altura considerable. Antes de subir, Enrike explica que “es uno de los riesgos de esta profesión, subir o bajar por una escala de madera que cuelga varios metros del barco hacia una lancha que está en movimiento”. El práctico zornotzarra comenta que, “hasta ahora”, no ha sufrido ningún percance, “pero algún que otro compañero sí que ha padecido los peligros que se presentan y se ha visto con la escala en el agua”. Enrike se encarama a ella con agilidad y sube rápidamente. “Son muchas veces a lo largo del día”. Impresiona pensar lo que debe de ser esta acrobacia con viento, mala mar o en la oscuridad de la noche.

Una vez a bordo un oficial le acompaña hasta el puente de mando donde se produce un cordial saludo con el capitán y comienzan a intercambiar información acerca de las particularidades del puerto y del barco en cuestión. “Nosotros conocemos las corrientes, los vientos, cómo interactúan los elementos dentro del puerto, la distancia que hay entre muelles, las profundidades, las longitudes, las luces o cómo son la mareas”.

En lo alto del puente de este gran navío, Enrike Azkarate da instrucciones al capitán del ¨Virtuosa” mientras la proa del barco encauza la bocana que, con una escasa distancia de 300 metros, es clave, no solo al obrar las maniobras sino en el flujo de entrada y salida de los barcos. Tras realizar la salida y firmar los documentos pertinentes, Enrike desciende por la escala y es recogido por los dos patrones del “Vaporcito”. “En total somos 35 en la plantilla, 17 prácticos, patrones y el personal de oficina, que está situada junto al Puente Colgante de Portugalete”.  

Subidos en la embarcación de los prácticos, regresamos a puerto bajo el Puente Colgante. El día es perfecto, un cielo azul y la mar en calma. Da gusto pasear con la lancha por el interior del puerto. “Hoy hace un día fantástico, de esos para disfrutar”, señala Enrike.

 “Virtuosa”

Sus dimensiones son colosales. Es el buque de mayor tonelaje que ha entrado en Bilbao. (181541 Gross Tonnage). Capacidad para 6.334 pasajeros y 1.704 de tripulación. Mide 331 metros de eslora y sus 18 cubiertas se elevan hasta 80 metros sobre el nivel del agua. En cambio, solo tiene 8,6 metros de calado.

En su interior dispone de todas las comodidades y necesidades de una pequeña ciudad. Una gran galería interior que incluye una zona de compras y locales con 11 boutiques. Además, ofrece cinco piscinas y uno de los parques acuáticos más extensos y sofisticados en alta mar. Spa, dos teatros, un casino, cancha de baloncesto, salas de juegos con realidad virtual, varios comedores zonas de estancia… en definitiva un gran lugar de ocio flotante.

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