Actualmente cuidan de 23 ejemplares en el barrio de Gumucio de Boroa
Han cumplido su primer aniversario como asociación, aunque ya llevan 20 años cuidando burros. Celia nos cuenta que “decidimos dar el paso y convertirnos en asociación porque hay algunas cosas que no podemos hacer como darlos en adopción. Hay papeleo que es preciso cumplimentar y por ello estamos también dados de alta en ganadería equina. Tenemos una buena extensión de terreno. Aquí se respira paz, mucha paz. Nuestros burros pasean a sus anchas, ellos viven en total libertad, con una cuadra siempre abierta, muy grande y amplia para cobijarse cuando ellos lo deseen. Todos los días nos piden su ración de pan, heno y pienso”.
Burrita Carmela acepta socios y voluntarios para trabajar en la finca. “En Navidades tuvimos una gran repercusión en redes sociales, gracias a Jon Kortajarena que le regaló un burro a su sobrino. Tenemos un sistema de Teamer, por el que la gente dona un euro al mes y ya tenemos más de 115 teamer. Además, precisamos de voluntarios que nos ayuden con el vallado, a arreglar las cuadras… ahora estamos haciendo una cuadra para los burros rescatados, para que puedan estar de cuarentena hasta que los vea el veterinario. También hay gente que quiere adoptar un burro y nosotros les arreglamos el papeleo”.
Todos los burros están registrados y censados, son burros de Encartaciones y Zamoranos. “Todos tienen personalidad propia. Mi padre y yo hemos realizado un curso de cuidados y psicología de burros para comprender mejor ciertas cosas que hacen. No sabíamos o no entendíamos algunas de sus actitudes”.
Son tercos los burros? Celia dice que” son muy precavidos, algunos tienen un carácter más fuerte, otros son más dóciles y te siguen como un perrito. Y si son tercos o agresivos es porque les han pegado”.
En Burrita Carmela están seguros, alimentados y bien atendidos. Si quieres colaborar puedes contactar a través de su página en Facebook.
