Asun Ibarrondo lleva ya 22 años al frente del Restaurante Boroa. En 2006 recibió el Premio Euskadi de Gastronomía a la mejor Directora de Sala. Y en 2008 Boroa obtuvo su primera Estrella Michelín. Se le ha dado mucha importancia a la cocina, pero el servicio de sala aunque haya quedado un poco relegada a un segundo plano, sin tanta fuerza mediática como la cocina, le considero elemento diferenciador entre el éxito y el fracaso en el día a día en un restaurante, los clientes cuando entran en un bar ó restaurante dependen totalmente de las personas que les recibimos», dice Asun.
El secreto para mantenerse a un nivel medio-alto en la restauración como en todas las empresas «es el trabajo en equipo, una buena comunicación y el respeto por las personas, es el comienzo de todo. Me siento afortunada con el equipo que trabajamos en Boroa, mi misión es transmitir a todos ellos que nuestros clientes vienen a nuestra casa a disfrutar de una experiencia gastronómica».
Asun aclara que no existe una varita mágica para el éxito, «el trabajo en equipo, la constancia, la comunicación, el esfuerzo, el compañerismo, el respeto al cliente, y la satisfacción del trabajo bien hecho, es lo que percibe el cliente y hace que vivamos de ello».
Hoy en día es importante la formación que reciben en escuelas de hostelería y universidades, como el BasqueCulinary Center, donde les forman para gestionar personas y empresas para aplicarlo a la empresa e ir mejorando. «Pero por encima de todo está la actitud, porque hay personas que sin una formación especial ni idiomas tiene un don especial para el trato con los clientes. Las universidades y las escuelas de hostelería están haciendo una gran labor en la formación de los alumnos, pero luego tenemos que adaptarlos a la filosofía de la empresa».
Recuerda cuando hace 22 años se embarcó en esta aventura con el cocinero Jabi García, que se ha jubilado recientemente, con Juan Cobo , Trini Ibarrondo e Iñigo Elorriaga. “Veníamos del Hotel Boliña de Gernika. Mis hijos, Ander y Jon, eran aún jóvenes y por mucho que me empeñara que estudiaran otra profesión y no hostelería no lo conseguí y hoy en día son dos grandes profesionales junto al resto del equipo, actualmente están en cocina y en sala. Eran tiempos de mucho trabajo, comenzamos con menús del día. Luego cambió la demanda y apostamos más por la creatividad, pero sin perder nuestra base y los jóvenes han aportado sus ideas tanto en cocina como en servicio. Un largo camino que hemos recorrido gracias a nuestros clientes y amigos que nos han dado muchas satisfacciones y nos han alzado a lo que es hoy día Boroa Jatetxea, especialmente a nuestros vecinos de Amorebieta-Etxano
El tiempo transcurre y Boroa Jatetxea se mantiene como un faro gastronómico en Amorebieta con una estrella Michelín. “Producto, calidad y servicio. Esa es nuestra seña de identidad”, dice Asun.
Nosotros añadimos algo más; ella es el ejemplo del trabajo diario, de la sonrisa eterna y del trato exquisito.