Quinto partido y victoria por 81-92 contra el Granada y pase a la final contra el Valladolid, viernes y domingo en Amorebieta.
Fuente FEB
Había repetido el técnico local Pablo Pin a sus jugadores una y otra vez en las horas previas que el control de la ansiedad podría marcar el desarrollo del encuentro y no se equivocó lo más mínimo el técnico nazarí. Y es que así sucedió durante los compases iniciales de un encuentro que pareció recordar en sus primeras jugadas a aquel tercer choque en el que Zornotza había tomado la delantera sobre su pista. Con el equipo vasco mucho más entonado en el tiro para convertir sus dos primeros triples (2-6), a los locales les costó sacudirse los nervios hasta el punto de tener que solicitar el primer tiempo muerto de la noche transcurridos apenas 4 minutos y con su rival gozando de una cómoda renta (2-10). Con el objetivo de poder frenar el acierto de Vucetic en la pintura, el técnico local introdujo sus primeros cambios sentando a Christian Uta para dar entrada a pista a un Jesús Fernández que no tardó en intimidar bajo los aros sacando las primeras faltas personales de un rival al que castigaba desde el 4,60 para igualar el partido con 8 puntos (14-14). Su carácter terminó por contagiar muy pronto a un Covirán que se vino arriba en ataque para dar un primer paso al frente desde el perímetro con dos certeros triples de Bortolussi y Corts con los que poner tierra de por medio (24-19). El tramo final del primer acto pareció aportar oxígeno y confianza a partes iguales a un conjunto local en el que el acierto de Jesús Fernández impulsó sobremanera a un equipo que, sin embargo, se encontró con su segundo contratiempo de la noche en la figura de un Khalid Mutakabbir (39-31). El acierto del capitán Fernández unido a la solidez interior bajo los aros de Tyran permitió a los rojillos dar un nuevo paso al frente al borde de un descanso en el que coquetearon por primera vez con la decena de tantos de ventaja (44-38).
Con las ideas claras pero sin haber podido poner tierra de por medio sobre el conjunto vasco, los locales volvieron a sufrir la presión con el comienzo de un segundo tiempo en el que fueron los de Mikel Garitaonandia los que tuvieron las ideas más claras. Aunque si hubo un hombre fundamental para que la historia del partido comenzara a cambiar ese fue un David Iriarte sumamente acertado desde el perímetro para poder igualar el encuentro mediado el tercer cuarto (53-53). Un nuevo zarpazo del ala-pívot balear invertía por primera vez el marcador después de muchos minutos colocando a su equipo en la buena línea hacia un triunfo que comenzaban a ver como una realidad más que probable (57-60). Pablo Pin paraba el encuentro y tiraba de pizarra pero, para entonces, los vascos se sentían cada vez más cómodos sobre la pista. Con De la Rua sumándose a la fiesta exterior, los visitantes dieron un notable paso al frente para hacerse con el control total de los instantes finales. Desde ese mismo instante, las muñecas nazaríes comenzaron a temblar y el Zornotza ST comenzó a jugar con el reloj asegurando desde el 4,60 para cerrar el partido desde la defensa (81-92). Zornotza completaba la épica y el equipo se clasificaba para la gran final.
Jornada 1: Covirán Granada vs Zornotza ST (79-68 / 1-0)
Jornada 2: Covirán Granada vs Zornotza ST (81-84 / 1-1)
Jornada 3: Zornotza ST vs Covirán Granada (81-80 / 2-1)
Jornada 4: Zornotza ST vs Covirán Granada (54-65 / 2-2)
Jornada 5: Covirán Granada vs Zornotza ST (81-92 / 2-3)
La clave: La fortaleza mental de un Zornotza ST que no se dio por vencido en ningún instante del partido por más que apretaran los 6.000 espectadores del Palacio o por muy complicadas que les pusieran las cosas los jugadores de un Covirán Granada que no pudo con el acierto de un David Iriarte que firmó su mejor encuentro de la temporada (+29 valoración).