Alex Txikon bate el récord de España de Salto BASE

Alex Txikon ha ampliado hoy sus horizontes. Y lo ha hecho a lo grande y por todo lo alto, como acostumbra. El alpinista vizcaíno, que cuenta en su haber con nueve ‘ochomiles’, ha establecido un nuevo récord de España de salto BASE al saltar al vacío desde las laderas del Pico Veleta, en Granada, desde una cota de 3.200 metros de altitud. Txikon ha protagonizado así el primer salto BASE jamás firmado en territorio español por encima de la barrera de los 3.000 metros. La anterior plusmarca, obtenida unos 200 metros por debajo de la cima del Naranjo de Bulnes, rondaba los 2.300 metros.
Alex ha establecido este nuevo registro en compañía del saltador vizcaíno Patrick Gisasola y del cocinero-aventurero madrileño Darío Barrio, dos referentes emergentes en el salto BASE a nivel estatal e internacional. Txikon, Gisasola y Barrio han firmado sus respectivos saltos al filo de las 11.30 horas de hoy. Pese a las dificultades técnicas que entrañaba el salto, sobre todo en su ejecución, Txikon y Barrio han firmado dos saltos impecables, mientras que Gisasola ha solventado con habilidad extrema la complicación que se le he presentado en forma de giro de 150 grados.
Txikon, Gisasola y Barrio han sido la punta de lanza de un equipo integrado por diez personas que se han coordinado a la perfección para hacer posible el salto. Una tarea que iba desde la grabación de los saltos, que ha corrido a cargo del campeón mundial Ramón Morillas desde el aire, y de Ibán González y Ramón Larrabaster a pie de roca, hasta la colocación de las cuerdas necesarias para el rápel de 20 metros que permitía a los saltadores acceder a una mínima cornisa desde la que han ejecutado su salto, tarea que junto al resto de la infraestructura ha corrido a cargo de Javier Campos, Carlos, Fernando, Gonzalo y Ernesto. Un equipo de diez para un reto de diez.
Montañero, aizkolari y ahora saltador BASE, Alex Txikon, nacido en Lemoa (Bizkaia) hace 31 años, acentúa con este récord su marcado perfil de aventurero multidisciplinar. El próximo martes, en Bilbao, Txikon presentará en rueda de prensa su próximo reto: firmar en febrero la primera ascensión invernal al Laila Peak (6.096 metros) al mando de un equipo integrado por Ramón Portilla, Juanjo San Sebastián, José Fernández y Sebastián Álvaro.

Estas son las reflexiones de Alex Txikon dos horas después de su salto.
Enhorabuena, Alex. ¿Cómo te sientes tras este salto tan particular?
Que yo diga que hoy se ha hecho historia en el Pico Veleta no tiene ninguna credibilidad porque soy parte interesada. Pero que lo diga Ramón Morillas, que es una referencia a nivel internacional, creo que es una cosa grande. Ha sido la culminación perfecta de un gran trabajo en equipo.
¿Cómo ha sido el dispositivo previo al salto?
Hemos salido a las 8 desde los albergues que hay más arriba de Sierra Nevada. Yo quería haber salido antes, pero lo cierto es que hacía mucho, mucho frío. Tras hora y media de caminata ya hemos visto la zona de aterrizaje. Allí pegaba mucho viento, pero un poco por debajo de la cima hemos tenido que hacer un rápel de 20 metros para llegar hasta la zona del salto, y por suerte allí nos pegaba a sotavento. El salto lo hemos hecho desde una altitud exacta de 3.200 metros. Darío Barrio ha medido el salto en vertical. Lo ha querido medir con láser, pero ese sistema con la nieve no funciona, de modo que hemos recurrido al viejo método de la piedra. Por el tiempo que ha tardado en caer, calculamos que el salto en vertical ha sido de entre 140 y 160 metros.
Técnicamente, ¿cómo ha sido el salto?
Ha sido un salto muy difícil, sobre todo en el plano sicológico. Nunca se había saltado desde ahí, y eso es por algo, no es casual. He de confesar que todos hemos pasado mucho miedo. Había que rapelar antes de saltar, y no sabíamos muy bien si saltar con crampones… Había mucha pendiente y un espacio muy, muy pequeño para saltar, la repisa era mínima. Solo cabíamos uno cada vez. Por suerte, no había apenas viento y la pared estaba extraplomada. Los dos o tres primeros metros eran en ligero saliente, y eso requería un buen salto, pero la repisa era muy pequeña… Ha sido complicado, la cosa tiene su complejidad. Además, debido a la altitud, por la densidad del aire, el pilotillo ha tardado más de la cuenta en abrirse. Lo mejor ha sido el aterrizaje, sobre nieve, en un paraje maravilloso.
¿Ha sido este su salto más especial?
No sé si ha sido el más especial, porque cada salto BASE es especial, pero sí ha sido el más bonito. El ambiente, el paisaje, verte rodeado por todos los amigos de aquí que se han volcado, que se han cogido el día libre para ayudarnos… Ha sido muy bonito.
¿Qué importancia le concede al récord?
Al récord le doy la importancia que tiene. Hombre, valoro mucho el hecho de haber sido los primeros en saltar desde aquí, porque todo el mundo sabía que este salto estaba ahí pero nadie lo había intentado. Y eso por algo será. Hacer el salto BASE más alto del Estado español significa algo. Pero lo mejor ha sido el ambiente del equipo desde que hemos salido de Bilbao, la seguridad con que lo hemos hecho, la calidad con que lo hemos grabado… Que Morillas, un campeón del mundo, se desviva por nosotros… Hemos pasado miedo allí arriba, pero ha merecido la pena.
¿Alguna dedicatoria en especial?
Sí, a mi padre, que se me murió hace dos años. En Navidades, mi madre me dijo que mi aita se murió con las ganas de haber vuelto a Granada, adonde no había vuelto desde que hiciera la mili. Seguro que desde allí arriba, hoy habrá visto el salto. Va por él.

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